Todos sabemos que es fundamental una buena alimentación para llevar una vida saludable. Ya hemos hablado en otras ocasiones de la importancia de la Dieta Mediterránea y cómo distribuir los alimentos en función de la pirámide de alimentación. Nuestra alimentación va cambiando según la temporada del año: en invierno nos apetece más tomar cosas calientes como sopas, cremas y los platos de cuchara en general; en cambio, en verano, nos apetecen las cosas frescas, que nos hidraten más y que sean menos pesadas para el estómago. Además de todo esto, cuando vamos al mercado siempre estamos pendientes de las ofertas del día y del aspecto de los alimentos. Por lo general, los de temporada son los que mejor precio tienen y los que están en «su punto» para comer.
En el post de hoy vamos a hablar de las frutas y verduras y de cómo comer en verano.
El plato estrella y que más variedad nos permite es la ensalada. Es fresca, ligera, ideal para guardar la línea y puedes inventar muchísimos tipos según los ingredientes que le eches en cada momento. Si te lo propones ¡nunca repetirás! Aprovecha este plato fácil, económico, fresco e ideal para tomarlo en casa, llevarlo al trabajo, a la playa, de picnic…
El gazpacho y salmorejo son muy fáciles para que toda la familia tome verdura y se beneficie de todas sus propiedades. Al ser platos fríos y que se pueden beber, los niños no los identificarán como verdura y se los tomarán mucho mejor.
Sandía, melón, melocotón, etc., son las frutas del verano por excelencia y las que más apetecen porque se toman frescas y tienen un gran porcentaje de agua que es lo que más apetece en la época de más calor. Además de esta forma ayudamos a prevenir la deshidratación sobre todo en los ancianos y niños. Otra ventaja de las frutas es que son bajas en calorías así que te ayudarán a mantener la línea. Lo ideal es tomarlas crudas, pero también puedes hacerte batidos, ¡a los niños les encantarán!
Recuerda que una alimentación sana y equilibrada es fundamental para gozar de buena salud.